En la entrevista de hoy conocemos a la joven fotógrafa belga Elise Coudré que con sus fotografías y su performance gustativa estará presente hasta mitades de noviembre en la exposición de La Botànica
Elise, eres de Bélgica y vives ahora en Barcelona. Cuéntanos un poco más de ti y de tu trayectoria artística
Desde pequeña me han gustado las actividades artísticas, pero como mis padres no vieron una carrera profesional en el campo del arte nunca lo tomé mucho en serio. Luego elegí estudiar Diseño Industrial y a finales de 2019 me gradué con un Máster en la Universidad de Amberes. Como mis estudios fueron bastantes intensos y no había mucho espacio para la experimentación y el desarrollo personal, decidí tomarme el tiempo después de mis estudios para encontrar mi propia voz artística y todavía sigo en esta búsqueda. Me mudé a Barcelona porque quería vivir una experiencia internacional y aprender español. Me gusta mucho el ambiente creativo que tiene la ciudad y gracias a ello he podido superar muchos obstáculos y entrar en un modo de creación y experimentación.
Tu proyecto no ha nacido en pleno confinamiento, como podría parecer. Cuéntanos como ha surgido esta idea de fotografiarte a ti misma mientras comes en posturas "inusuales" y con utensilios "extraños".
La psicología de la alimentación y la relación única que cada individuo tiene con la comida, siempre me han interesado mucho. Mi tesis fue un proyecto donde buscaba ayudar a los padres con hijos que sufren algún tipo de trastorno alimenticio. Creo que hoy en día, estamos más desconectados con nuestra comida que nunca. Tenemos supermercados al lado y no tenemos que pensar demasiado para alimentarnos. Para mi misma, quería entrar en una exploración para encontrar una manera de comer más consciente, ‘mindful’ e intuitiva. Además, quería convertir mis comidas en experiencias llenas de alegría y humor y SIN pantallas. Así empecé el proyecto.
¿La comida como un juego para volver a nuestra infancia o para vivir nuevas experiencias gastronómicas?
¡Las dos!
En la infancia somos todos seres humanos muy curiosos y experimentamos un montón para descubrir el mundo y las cosas que nos gustan y que no nos gustan. Volver a nuestra infancia y jugar más en el día a día es una acción muy útil para pensar más creativamente y para habilitarnos de encontrar soluciones a nuestros problemas. También nos ayuda a prestar atención a nuestra comida, vivir en el momento y comer más conscientemente.
Luego, creemos demasiado que la comida en sí es lo que hace nuestra experiencia de comer memorable, pero no es así. Hay muchos otros factores presentes en las inmediaciones del evento gastronómico que influyen en nuestra percepción de la comida. ¡Jugar con estos factores puede llevar a unas experiencias inolvidables!
¿Cuáles podrían ser los pensamientos de un niño viendo tu exposición?
Creo que los niños se sorprenden, porque sus padres les prohíben jugar con la comida y en mi exposición verán a un adulto haciendo exactamente eso! Ya he visto algunos niños riendo con mis fotografías. Están bastante entusiasmados por entrar en el juego también.
¿Y de un adulto? Crees que en casa podría plantearse comer de otra manera después de haber visto tu exposición?
La exposición puede provocar pensamientos críticos sobre lo que está pasando en el escenario de cada fotografía. Nuestra relación con la comida es única. Lo que le gusta a uno puede resultar muy asqueroso para otro. Está bien reflexionar sobre nuestros hábitos y pensar sobre otras experiencias fuera de lo común. Así nos hacemos más conscientes cuando comemos la próxima vez. Estaré muy feliz si los visitantes tienen estos pensamientos cuando visitan la exposición, pero me alegraría aún más si se plantean también de comer de otra manera en casa de vez en cuando. Y que lo compartan conmigo!
¡Muchas gracias Elise!
Podéis pasar a visitar la exposición en La Botànica, de lunes a viernes, de 10:00 a 19:00 y con cita previa, los sábados por la mañana.
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